Introducción: Cuando Dios
le dijo a Gedeón “Varón esforzado y valiente” éste no creyó semejante
afirmación, de hecho se estaba escondiendo de los madianitas.
Cuando el Señor
le dijo que el comenzaría a salvar a Israel de los madianitas, dijo: “Con qué
salvaré yo a Israel? mi familia es pobre y yo soy el menor en la casa de mi
padre”. Con frecuencia nuestras crisis y temores impiden creer las palabras de
Dios, pero Dios es fiel y él cumple Sus promesas...
LA FIDELIDAD DE DIOS
Texto: Génesis 21:1-2.
1)
DIOS ANHELA COMUNIÓN CON SUS HIJOS.
Nota: Que privilegio tan
grande el que tiene Sara, “Dios la visitó”, esto fue algo glorioso en su vida,
pues Dios mismo vino a ella. Hoy día los hijos de Dios somos templo del
Espíritu Santo, y debemos anhelar más que una “visitación”, debemos procurar
una relación íntima y constante con Dios.
Es necesario y vital que anhelemos
estar con el Consolador, tanto como él anhela estar con nosotros, pues el
apóstol Santiago nos dice: “¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El
Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente?” (Santiago
4:5), sin embargo creo que por muchas razones, motivos o excusas, ese anhelo
del Espíritu es correspondido someramente.
2)
DIOS CUMPLE SUS PROMESAS.
Nota 1: El texto nos dice que Dios hizo esto “como había
dicho… como había hablado”, Dios lo había prometido y lo cumplió. Creo que
todos nosotros hemos experimentado en algún momento de nuestra vida la
decepción, la tristeza o el dolor, ante el incumplimiento de promesas que otros
nos han hecho.
Pero cuando se trata de las promesas de Dios, podemos estar
tranquilos y seguros, pues Dios no miente, ni se retracta, nunca falla, él
cumple su palabra, pues en él no hay cambio ni sombra de variación, es decir en
él no hay el más mínimo margen de error. Por eso debemos valorar y apreciar la
fidelidad de Dios.
Nota 2: Por un tiempo Abraham y Sara pensaron que Dios se había
olvidado, o que no cumpliría lo que había dicho, o quizá pensaron que había que
ayudarle (y sabemos los tristes resultados del hijo que nació de Agar y
Abraham, pues no sólo fue una crisis en el matrimonio de Abraham y Sara, sino que éste hijo Ismael y su descendencia se convirtieron en enemigos de Israel).
3)
NO HAY NADA DIFÍCIL PARA DIOS (Gén. 21:5).
Nota: Isaac nace en la vejez de Abraham y Sara. Recordemos
que ambos se habían reído cuando Dios les hizo ésta promesa, pues eran de edad
avanzada. Es en éste contexto cuando Dios pregunta: “¿hay alguna cosa difícil
para Dios?” (Gén. 18:14), y la respuesta es una
sola: “No, no hay nada difícil para Dios”.
Aunque veamos las circunstancias
adversas y contrarias, aunque nuestra razón nos diga que no es posible y otros
concluyan diciendo que es una fantasía, sí Dios lo dijo, él lo hará. Entonces
persevera, continúa avanzando, él es fiel a su palabra, él no te miente y no te
decepcionará.
4)
DIOS NO SE DEMORA.
Nota: Hemos leído que “Dios lo hizo en el tiempo que
había dicho”. La verdad es que generalmente nos cuesta esperar ¿por qué? Por
nuestro orgullo, por nuestra ansiedad, por querer mostrar resultados a los
hombres, porque queremos decir: “yo tenía la razón”, etc.
Pero, Dios no está de
afán, no se anticipa ni llega tarde, todo lo tiene planeado, nada lo toma por
sorpresa, sólo requiere de sus hijos: obediencia. Dios es fiel y cumple Sus promesas.
(Te invito a leer: Sermones escritos para predicar).
5)
LAS OBRAS DE DIOS SORPRENDEN A LOS HOMBRES (Gén. 21:6-7).
Nota: Sara misma fue la
primera sorprendida. Tenía noventa años, había cesado la costumbre de las
mujeres, Abraham tenía cien años, durante décadas no pudieron tener un hijo
menos ahora; pero cuando menos lo esperaban, cuando dijeron ya no es posible,
cuando Sara se reía con siquiera pensarlo, cuando para todos era imposible Dios
lo hizo posible.
Conclusión: Debemos fortalecer nuestra
intimidad con Dios, pues él quiere estar con nosotros y allí nos hará entender
su infinito poder y fidelidad para cumplir sus promesas en su tiempo, allí
aprenderemos a caminar en armonía con los tiempos de Dios, y nos concientizamos
que nuestra vida está en Sus manos, las mejores manos. Gocémonos por la
fidelidad de Dios.
(Escrito
por Pastor Gonzalo Sanabria)
0 Comments:
Publicar un comentario