Sermón: JESÚS NO ABANDONA A LOS SUYOS
Introducción:
Dios siempre nos está enseñando, él utiliza diferentes circunstancias,
situaciones y elementos para forjar en nosotros su carácter y ayudarnos a
crecer de manera integral. Es como el buen padre que lleva de la mano a su hijo
y le instruye acerca del camino que debe seguir. A veces tomamos el camino
incorrecto y nos damos cuenta que él tenía la razón. No tenemos que esperar las
dolorosas consecuencias, sino con mansedumbre aceptar su consejo y seguir su
camino, pues ejemplo nos dio Jesús para que sigamos sus pisadas…
Sermón: JESÚS
NO ABANDONA A LOS SUYOS
1) Los discípulos sin Cristo (Juan
21:1-3):
a)
Experimentan ausencia de
dirección.
b) Se
invierten fuerzas y tiempo sin resultados.
Nota: Este
mar tenía varios nombres: mar de Galilea, lago de Genesaret y mar de Tiberias,
se le llamaba mar por su gran tamaño en comparación con el país, pero realmente
era un gran lago de agua dulce.
Nota: El
mar de Galilea se ha distinguido por
su gran cantidad de peces… es interesante que aunque el agua era dulce y los
peces abundaban, estaban pasando por un momento triste: “aquella noche no
pescaron nada”. Te invito a leer: “Crucifixión y muerte de Jesús (3ª parte)”.
2) Los milagros de Cristo:
a) Cristo
siempre llega en el momento preciso (Juan 21:4)
Nota: El
texto bíblico nos dice: “cuando iba amaneciendo” quizá 5:00 ó 6:00 a.m. “se
presentó Jesús” seguramente volvían desanimados. Ellos “no sabían que era
Jesús” pero la mirada de Dios estuvo sobre ellos toda la noche… Cristo tiene
muchos títulos y uno es “Sol de justicia”,
ellos no sabían que era Jesús, pero allí apareció, así que no importa cuán
oscura, difícil y fría esté la noche,
nuestro Sol de Justicia aparecerá y brillará, y todo el panorama cambiará.
b) La
presencia de Dios siempre marca la diferencia (Juan 21:5-6)
Nota:
Que gran diferencia entre “toda la noche
que no pescaron nada” y “cuando echaron
una sola vez la red y encerraron gran cantidad de peces”, solo basta seguir la dirección
del Señor y los resultados serán de gran impacto.
c)
Los milagros de Cristo
siempre deben acercarnos a Él (Juan 21:7-8)
Nota
1: La Biblia nos dice: “Aquel discípulo a quien
Jesús amaba” refiriéndose a Juan, quien le dijo a Pedro: “es el Señor”, era
Juan quien se recostaba en el pecho de Jesús (símbolo de intimidad con Dios) y
fue quien lo reconoció. Esto nos enseña la comunión personal con Dios nos hace
sensibles a la revelación del Señor.
Nota
2: Pedro se vistió, no quería presentarse sin
estar cubierto ante el Señor. Así será nuestro encuentro con Él, recordemos que
Adán cuando se presentó ante el Señor se cubrió con hojas de higuera que de
nada sirvieron, nosotros nos presentaremos ante Dios pero en ésta ocasión
revestidos de la justicia en Cristo.
Nota
3: En este lago, Jesús hizo 18 de los 33
milagros registrados. La Biblia dice que Pedro “se lanzó al mar” creo que quería llegar primero a ver a su
Maestro, valoró más la presencia de su Señor que las bendiciones y los milagros.
No le importaron los peces, él quería estar con su Maestro, él fue más allá del
milagro y por eso nadó con fuerza hacia el Hacedor de milagros.
3) CUANDO CRISTO SE MANIFIESTA
TODO ES TRANSFORMADO:
a)
Dios lo prepara todo (Juan
21:9-11)
Nota:
Jesús los estaba esperando y asando un pez para
ellos, pero éste pez no era de los pescados por ellos ya que los discípulos
apenas venían saliendo del mar. Él siempre va más allá de lo que pensamos o
esperamos.
Nota:
La Biblia nos dice que eran “ciento cincuenta
y tres grandes peces” y “siendo tantos la red no se rompía”. En el escrito
original para “grandes” se utiliza el término griego “mega”. En este lago había
22 clases de peces, algunos alcanzan el metro de longitud, podemos hablar de
peces de 10 ó 12 kgs. Según el versículo 13 todos ellos (que eran siete
discípulos) comen del mismo pescado (era pues un pez grande). Por tanto tenían
ahora 1 o 2 toneladas de pescado.
b)
El conoce tu condición y te
cuida (Juan 21:12-13)
Nota:
Jesús les dijo: “venid, comed” Jesús sabía que habían estado toda la
noche pescando y que tenían hambre, Él mismo les sirvió (aunque estaba
resucitado con todo poder, se ocupó de
servirles o ministrarlos). Jesús les sigue enseñando que lo importante en el
reino no es el título, sino un servicio que honra a Dios.
c)
El milagro más grande ocurre
cuando te encuentras con Jesús (Juan 21:14).
Nota:
Esta era la “tercera vez que Jesús se manifestaba”, el número tres en la Biblia
indica: plenitud divina, perfección en testimonio (esto indica que Jesús está
dejando impregnado en el corazón de sus discípulos su victoria sobre la muerte
y el diablo). El mar de Tiberias: en
sus alrededores Jesús impartió gran parte de sus enseñanzas, es pues una revelación del Señor a sus
discípulos, Cristo dándose a conocer.
Conclusión: Con
su poder Cristo cautiva tu atención. Con su amor y cuidado, Cristo cautiva tu
corazón, el amor a Dios va más allá de un milagro. Cristo es nuestro Sanador,
proveedor, es Dios todopoderoso, dador de vida, sólo en él hallamos vida eterna.
(Escrito por Pastor Gonzalo
Sanabria)
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