LA IGLESIA DEBE LIMPIAR SUS VESTIDURAS

LA IGLESIA DEBE LIMPIAR SUS VESTIDURAS
El momento en el que Israel llega al monte Sinaí es una figura de aquellos momentos de nuestra vida donde debemos tomar decisiones. El monte Sinaí (o monte Horeb) es llamado también el monte de Dios. 

En este lugar Dios llamó a Moisés, también fue donde Elías se escondió en una cueva y Dios lo llamó, le habló y lo fortaleció para continuar en su labor profética, fue aquí donde los dos tuvieron que decidirse por hacer la voluntad de Dios, pues ambos daban por terminado el plan de Dios con ellos (Moisés era pastor y tenía 80 años, y Elías se quería morir por la persecución). Hacer la voluntad de Dios no siempre es fácil, pero siempre es lo mejor…    



LA IGLESIA DEBE LIMPIAR SUS VESTIDURAS 

Y Jehová dijo a Moisés: Ve al pueblo, y santifícalos hoy y mañana; y laven sus vestidos, y estén preparados para el día tercero, porque al tercer día Jehová descenderá a ojos de todo el pueblo sobre el monte de Sinaí” Éxodo 19: 10-11

El monte Sinaí o monte Horeb representa también un tiempo de encuentro con Dios, donde escuchamos su voz y debemos tomar decisiones frente a su consejo, como lo vemos en el pasaje de hoy. Dios le dice a Moisés: que se “santifiquen… laven sus vestidos… y estén preparados porque descenderé”, estos términos nos recuerdan la importancia de examinar nuestra vida con la guianza del Espíritu Santo y la reflexión de Su palabra.  

El versículo 16 nos revela un sonido que venía desde la cima del monte, no venía del campamento israelita: “Aconteció que al tercer día… vinieron truenos y relámpagos, y espesa nube sobre el monte, y sonido de bocina muy fuerte” y todo esto nos recuerda que Cristo volverá con voz de mando, con voz de trompeta, descenderá del cielo, y la iglesia santa y sin mancha se encontrará con Él en las nubes. 
    
Tengamos presente que una novia no se presenta ante su futuro esposo con sus vestidos sucios, la Novia (iglesia) es lavada por la sangre del Cordero. No basta con saber lo que él nos ha entregado, debemos usarlo, por eso la iglesia debe limpiar sus vestiduras y prepararse para la segunda venida de Jesucristo. 
      
El contexto nos enseña la respuesta de Israel y la actitud de Moisés (Éxodo 20: 1-3, 6, 16-21). Nos dice el texto bíblico que Dios se está dando a conocer, y quiere preservarlos del mal, les está enseñando un nuevo estilo de vida, pero ellos “se pusieron de lejos” ellos no quisieron escuchar a Dios, su argumento era: “para que no muramos” ellos sabían que había que morir a las costumbres paganas e idolátricas de Egipto y Canaán, morir al ego personal para hacer la voluntad de Dios.




La frase de Moisés “su temor… para que no pequéis” nos recuerda que la falta de temor de Dios promueve o facilita la abundancia de pecado (vemos por ejemplo que varias naciones hoy día han aprobado el matrimonio homosexual y muchas otras cosas que están abiertamente en contra de la voluntad de Dios).

La Biblia nos dice finalmente que “el pueblo estuvo a lo lejos, y Moisés se acercó dónde estaba Dios”. La frase “Se acercó” traducida del hebreo bíblico “nagash” también significa: aproximarse, traer, presentar. Con frecuencia el término es usado para sacerdotes que se acercan a Dios, en algunas ocasiones se usa el término para referirse al contacto sexual e íntimo. 

También se usa en la Biblia para describir que las escamas de los cocodrilos o caimanes están tan juntas que el viento no puede entrar entre ellas; por lo tanto el término hace referencia a la adoración, a la intimidad y también a la ofrenda. 

Vemos que Mientras el pueblo se alejó, Moisés se ofreció. Mientras el pueblo observaba, Moisés adoraba; y mientras el pueblo se alejaba moisés se acercaba a Dios. ¡Que gran contraste! Acercarnos a Dios implica renunciar a muchas cosas para recibir de él las riquezas de gloria, y los tesoros verdaderos y eternos.        




Reflexión final: Acerca de moisés la Biblia nos dice que no hubo otro como él, quien conoció Jehová cara a cara, nadie como él en todas las señales y prodigios, y en el gran poder y hechos grandiosos. Fue una persona que mantuvo una continua pasión por Dios, su anhelo era Dios mismo, escuchaba a Dios y su anhelo era obedecer, agradar su corazón. 

Es nuestra decisión seguir a Dios de lejos o acercarnos a su presencia. Tengamos presente que una buena comunión con Dios marcara la diferencia, pues Dios galardona a los que le buscan. La iglesia debe limpiar sus vestiduras.  
(Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria)  
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