LA TRANSFORMACIÓN DE JUAN EL APÓSTOL DE JESÚS
(Pastores Gonzalo
y Andrea Sanabria)
Spurgeon
estuvo en cierta ocasión visitando a un amigo en el campo. Vio que sobre uno de los graneros había
colocado una veleta con la inscripción “Dios es Amor” Entonces le preguntó si
con ese texto quería decir que el amor de Dios era tan cambiante como el
viento.
El hombre le respondió que no, que lo que quería decir era que Dios es Amor siempre, no importa de dónde y cuan fuertes soplen los vientos. Dios es amor en todo tiempo, por eso puedes confiar en él aunque lo que vivas sea lo más complejo de tu vida…
El hombre le respondió que no, que lo que quería decir era que Dios es Amor siempre, no importa de dónde y cuan fuertes soplen los vientos. Dios es amor en todo tiempo, por eso puedes confiar en él aunque lo que vivas sea lo más complejo de tu vida…
LA TRANSFORMACIÓN DE JUAN EL APÓSTOL
DE JESÚS
“Juan le
respondió diciendo: Maestro, hemos visto a uno que en tu nombre echaba fuera
demonios, pero él no nos sigue; y se lo prohibimos, porque no nos seguía. Pero
Jesús dijo: No se
lo prohibáis; porque ninguno hay que haga milagro en mi nombre, que luego pueda
decir mal de mí. Porque el que no es contra nosotros, por nosotros es” Mr.
9:38-40.
Juan
era natural de Betsaida, ciudad de Galilea, sus padres fueron Zebedeo y Salomé,
y su hermano Santiago era el mayor. Ante el llamado de Jesús, dejaron a su
padre, la barca y le siguieron. Juan había sido discípulo de Juan bautista.
En cuanto a su carácter vemos al a la luz del texto de hoy, que Juan quería imponer a la fuerza sus conceptos, y criterios, era pues imponente y posesivo. Era un pescador del mar Galilea, y fue llamado por el Señor Jesús, a pesar de sus defectos, y desaciertos en su personalidad.
En cuanto a su carácter vemos al a la luz del texto de hoy, que Juan quería imponer a la fuerza sus conceptos, y criterios, era pues imponente y posesivo. Era un pescador del mar Galilea, y fue llamado por el Señor Jesús, a pesar de sus defectos, y desaciertos en su personalidad.
Juan
era violento, agresivo y contencioso, en Mr. 3:13-17, junto con su hermano
fueron llamados por Jesús “hijos del trueno”, Jesús no los llamó:
“pacificadores”, ni “hijos del profeta”, sino hijos del trueno, esto nos deja
ver su temperamento.
La pregunta es ¿por qué somos así? Somos el resultado naturalmente de: una herencia, una formación en el Hogar, y heridas o traumas que nos marcaron en las diferentes etapas de nuestra vida (por eso “la sanidad del corazón” es fundamental).
La pregunta es ¿por qué somos así? Somos el resultado naturalmente de: una herencia, una formación en el Hogar, y heridas o traumas que nos marcaron en las diferentes etapas de nuestra vida (por eso “la sanidad del corazón” es fundamental).
La
ira y sus diversas expresiones, nos hace cometer errores, se toman malas
decisiones y se hacen necias oraciones. Según Lucas 9:51-56, Los hijos del
trueno (Juan y Jacobo) ante la negativa de los samaritanos para entrar en su
ciudad, piden a Jesús permiso para pedir fuego del cielo que los consuma, por
lo cual el Señor los reprende, enseñándoles que el Hijo del Hombre no había venido
a perder las almas de los hombres sino a salvarlas. Vemos entonces las
reacciones irascibles de Juan ante un momento de rechazo.
Juan
era orgulloso, egoísta y oportunista. En una ocasión su madre junto con Juan y
Jacobo vienen a Jesús, y “Ella le dijo: Ordena que en
tu reino se sienten estos dos hijos míos, el uno a tu derecha, y el otro a tu
izquierda”, Mt. 20:20-24. Los demás discípulos se enojaron
con los hermanos, pero Jesús aprovecho esto para enseñarles que en el reino de
Dios no debe haber anhelos egoístas ni protagónicos, sino sencillez y humildad
de corazón para servir a Dios.
Sin
duda los problemas de autoestima, afectan nuestras decisiones y relaciones. En
éste caso, es evidente un complejo de superioridad, que busca la fama, la
popularidad, los aplausos, el reconocimiento de los hombres, etc.
El otro extremo es el complejo de inferioridad, donde la persona no considera ninguno de las virtudes impartidas por Dios a su vida y considera que no merece nada, ni puede hacer algo significativo en su vida.
El otro extremo es el complejo de inferioridad, donde la persona no considera ninguno de las virtudes impartidas por Dios a su vida y considera que no merece nada, ni puede hacer algo significativo en su vida.
Pero
Juan finalmente se sometió a Dios, y fue poderosamente transformado, convirtiéndose
en un apóstol de gran bendición para la iglesia, un poderoso instrumento en las
manos de Dios
Se caracterizó por su profundo amor por el Señor, y gozo de niveles de confianza que ninguno de los otros apóstoles tuvo, pues aún se recostaba en el pecho de Jesús, y fue mencionado en la Biblia como “el discípulo que Jesús amaba”. Definitivamente el amor de Dios es el poder más grande.
Se caracterizó por su profundo amor por el Señor, y gozo de niveles de confianza que ninguno de los otros apóstoles tuvo, pues aún se recostaba en el pecho de Jesús, y fue mencionado en la Biblia como “el discípulo que Jesús amaba”. Definitivamente el amor de Dios es el poder más grande.
Reflexión
final: Tal vez por nuestras luchas tan diversas y
profundas, a veces nos cueste creer que Dios puede cambiarnos y cumplir aquello
que ha dicho, pero recuerda para Dios no hay ninguna cosa difícil. Él es
Todopoderoso para transformar tu corazón y llevarte al cumplimiento de su
voluntad.
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