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LA ARMADURA DE DIOS (Devocional No. 054)

 (Pastores Gonzalo y Andrea Sanabria, Devocional No. 054)

(Armadura de Dios) Respecto a la batalla espiritual debemos mantener un sano y correcto equilibrio, y evitar los extremos. Es decir, el extremo de pensar que el diablo nada intentará contra los cristianos, o el otro extremo que dice: él está detrás de todo lo que ocurre y tiene la culpa de todo. 

Dios es soberano y todopoderoso, y ha delegado Su autoridad a la Iglesia, para que esta camine en victoria sobre las tentaciones, sobre su naturaleza pecaminosa, sobre las pruebas y sobre las tinieblas. Veamos este interesante estudio                



LA ARMADURA DE DIOS

“Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto,  tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo,  estar firmes”, Efesios 6:11-13.

Debemos ser conscientes de la realidad de la batalla espiritual. El término lucha del gr: pale, traduce: combate cuerpo a cuerpo, relacionado con mecer, vibrar. El texto nos habla de un conflicto espiritual, absolutamente real, aunque generalmente invisible. Somos soldados del ejército de Dios contra el ejército de las tinieblas, la condición y efectos de ésta lucha se expresan en lo natural.

En el texto se nos presentan nuestros adversarios: el diablo y sus ángeles. El diablo era un querubín ungido en el cielo, pero un día se rebeló contra Dios y muchos ángeles le siguieron, cayeron del cielo, se corrompieron, y se convirtieron en agentes de maldad y destrucción, que aborrecen el modelo de Dios y todo lo que tenga su imagen,  procuran destruir a los hombres natural y eternamente.

Por el Espíritu Santo el apóstol Pablo nos muestra las actitudes ante ésta batalla. Primero: fortalecerse en el poder del Señor, la palabra “fortaleceos” significa: recibir poder, derramar poder dentro de, y añade: “en el Señor”, quiere decir que recibimos de Dios su fuerza (para perseverar) y su poder (para servir con autoridad y eficazmente al Señor).

También debemos apropiarnos de la armadura de Dios. Es la armadura de Dios por cuanto es la provisión de Dios para sus hijos, quienes deben mantenerla puesta, es decir velar, no descuidando ninguna área de sus vidas, porque el enemigo atacará la parte vulnerable. (Cada una de las partes de la armadura hace referencia a una verdad del Evangelio y están diseñadas para cubrir al cristiano en ésta batalla).    




Perseverar con firmeza. “Estad, pues, firmes” dice aquí, y el final del vrs. 13 dice: “y habiendo acabado todo, estar firmes”, los verdaderos soldados que van a la batalla saben esto, perseverar hasta el fin. 

La palabra “firmes” indica posición de dominio y seguridad después de la victoria. El guerrero va a la batalla con firmeza para vencer, y luego no yace postrado y derrotado, sino que se mantiene firme sobre el terreno vencido y sometido.

Sin duda, la comunión genuina con Dios. Ef. 6:18 destaca la oración “en el Espíritu Santo”, nos habla entonces de orar guiados por el Espíritu, fortalecidos por él, orar en él y con él, inmersos en su presencia y con su dirección y consejo, pues es nuestro consolador. 

Nos habla de una comunión consciente, apasionada, ferviente, a la expectativa de lo nuevo que Dios tiene para nosotros. La armadura de Dios es provisión para cada creyente. 




Reflexión final: Ésta batalla es real, así como la completa victoria de Cristo sobre las tinieblas en la cruz del Calvario. Lo que debemos hacer es caminar equipados con lo que Cristo conquistó para su Iglesia, y avanzar en Su autoridad. Lo que Dios le dijo a Josué antes de conquistar Canaán, te lo dice hoy: “como estuve con Moisés estaré contigo; no te dejaré ni te desampararé. Esfuérzate y se valiente... Jehová, tu Dios, estará contigo”.

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2.   DERROTANDO EL MIEDO

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