COMO ADORAR A DIOS
El salmista expreso: “Mi alma tiene sed de
Dios, del Dios vivo”. Nuestro ser requiere del Señor para vivir, como las
plantas necesitan del sol y del agua para hacerlo. Cuando vivimos sin Dios o
alejados de él es como pretender caminar por el desierto sin ser afectados por
el ardiente sol y la gran escasez de vida allí. Sí el agua de la tierra sacia la
sed de nuestro cuerpo, es vital reconocer que sólo el agua de vida en Cristo
puede saciar la sed de nuestro corazón…
¿CÓMO ADORAR A DIOS?
“Y vuelto a la mujer, dijo a Simón:
¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, y no me diste agua para mis pies; mas ésta
ha regado mis pies con lágrimas, y los ha enjugado con sus cabellos. No me
diste beso; mas ésta, desde que entré, no ha cesado de besar mis pies. No
ungiste mi cabeza con aceite; mas ésta ha ungido con perfume mis pies” Luca
7:44-46.
En esta porción bíblica el Señor Jesús expresa como la adoración de
ésta mujer fue mucho más allá de la “atención” de Simón el fariseo. Jesús
destacó y valoró la adoración de la mujer “pecadora”, por encima de los
formalismos de Simón. Consideremos entonces aquellos factores que componen la
adoración que a Dios agrada.
En primer lugar es necesario reconocer quien soy y quien es Dios. Vemos
que ella era una mujer “pecadora”, basados en la Escritura no podemos concluir
con seguridad que era una prostituta, pero su pecado era evidente en toda la
ciudad (socialmente era rechazada y señalada), probablemente ese era su oficio.
Dios es santo, y cuando nos acercamos a él es precisamente esa santidad la que nos
hace conscientes de nuestra condición, y por ende podemos reconocer nuestra
gran necesidad de él. Te invitamos a leer: “La Serpiente Que Moisés Levantó y La Cruz De Jesús”.
En segundo lugar debemos anhelar estar con el Señor Jesús (es decir
debemos tener pasión por Dios). Este anhelo lo vemos en esta mujer pues cuando
ella se enteró que Jesús estaba en la ciudad fue a buscarlo. Ella se esforzó y
perseveró pues se desplazó hasta la casa de Simón el fariseo y tuvo que vencer
algunos obstáculos: era la casa de un fariseo, y no sería bienvenida
por ellos, no había sido invitada, tuvo que vencer su sentimiento de
indignidad, entre otros.
En tercer lugar vemos una expresa y decidida disposición a pagar un
precio. El contexto nos habla de “un frasco de alabastro”: el alabastro es un
mármol translucido, generalmente con visos de varios colores, y tiene mucho
valor, su contenido era “perfume” sin duda alguna también de gran valor. Entonces
fue una “costosa” adoración, debemos entonces tener presente que nuestro Dios
no es barato, él es el bien más preciado que en el universo visible e invisible
pueda haber, ayer, hoy y siempre.
En cuarto lugar vemos en la mujer una actitud de humildad (el texto
bíblico nos dice: “a sus pies”). El orgullo no se postra ni se dobla ante el
Señor. Pero la Biblia nos enseña que la verdadera grandeza se alcanza de
rodillas, porque “el hombre es más
grande cuando se humilla delante de Dios”. El Señor da gracia a los
humildes, y mira de lejos al altivo.
Reflexión final: Dios transformó completamente la vida de esta
mujer, la perdono y restauró su autoestima. Ella salió justificada, aceptada y honrada
por Jesús mismo. Este es el resultado de un encuentro con Jesucristo. Por eso ante
la pregunta cómo adorar a Dios, debemos responder que esto se hace con
sencillez de corazón y sinceridad, acerquémonos al señor, él es Dios
todopoderoso, bueno y misericordioso, digno de toda adoración.
(Escrito por Pastor
Gonzalo Sanabria)
Te invitamos a leer:
Gloria al altisimo
ResponderBorrarAmén. Bendiciones Evelio.
BorrarBendiciones pastor Dios bendiga su vida. Gracias por compartir esta predica escrita es de gran bendicion. saludos desde Tijuana.
BorrarMuchas gracias Elias por dejarnos tu comentario. Bendiciones.
Borrar