USEMOS BIEN LA PALABRA DE DIOS
Es necesario amar la Palabra de Dios, leerla y guardarla en el
corazón. Sí con esmero procuramos alimentar nuestro cuerpo y mantener la salud ¿cuánto
más debemos procurar el alimento y la salud para nuestro espíritu? Jesús lo
dijo: “No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la
boca de Dios”. Acerquémonos a Su palabra, en la compañía y guianza del Espíritu
Santo, bendito Consolador, quien cada día quiere enseñarnos y revelarnos la
voluntad del Padre Celestial para nuestras vidas, con su fuerza avanzaremos sin
apartarnos ni a la derecha ni a la izquierda, entonces “serás prosperado en
todas las cosas que emprendas”…
USEMOS BIEN LA
PALABRA DE DIOS
“Procura
con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué
avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad” 2 Timoteo 2:15.
La segunda carta del apóstol Pablo a Timoteo está llena de
consejos como de un padre para un hijo. Todas estas instrucciones procuran el
bienestar de Timoteo y su avance hacia el cumplimiento del plan de Dios. Pablo
está a punto de ser sacrificado, y ésta carta es su último escrito, por eso
también la carta contiene palabras de afecto y gratitud hacia Timoteo.
En el texto que abordamos hoy, Pablo exhorta o anima a Timoteo
para que se prepare integralmente para entregar el mensaje de Dios. Palabras
como: “procurar, diligencia, presentarnos a Dios, y aprobar” ya nos llevan a
pensar en el compromiso y responsabilidad que tenemos al llevar el mensaje del
Señor. Timoteo era pastor y tenía una gran responsabilidad como instrumento de
Dios para predicar las Sagradas Escrituras. Te invito a leer: “Tentaciones y Problemas del Liderazgo”.
El gran desafío y compromiso para todo predicador es vivir la
palabra que predica. Así pues un predicador se convierte en un sermón viviente,
donde sus actos tendrán mayor volumen que sus palabras. De la misma manera todo
creyente es también una carta leída por los hombres, y por eso es fundamental
dar un buen testimonio coherente con nuestra fe. Recordemos que somos luz del
mundo, y sal de la tierra, somos ciudadanos del cielo, estamos de paso por la
tierra, y con nuestro estilo de vida debemos dejar ver a Cristo en nosotros.
Pablo sigue diciendo: “como obrero”, es una honra servir a Dios, y
nuestros motivos deben ser sencillos y claros, el más importante es que Cristo
siempre sea glorificado. Los ministerios deben ser valorados y honrados como
enseña la Escritura, pero recordemos también que Jesús dijo que no debemos ser
como los gobernantes de la tierra que se enseñorean, y Pedro por el Espíritu
dijo: “no como teniendo señorío, sino siendo ejemplos de la grey”. Un obrero(a)
de Dios debe servir con amor y fidelidad al Señor que lo rescato y salvó.
Es necesario orar por nuestros hermanos y consiervos, para que
todo creyente “no tenga de que avergonzarse”. Con la fuerza de Dios debemos
conducirnos rectamente con los de adentro (iglesia) y con los de afuera (no
creyentes). Más que murmurar o denigrar de otros creyentes, debemos procurar ser
intercesores y testimonios vivos de la gracia de Jesucristo.
Pablo termina diciendo “que usa bien la palabra de verdad”. Sin
duda, la palabra de verdad es la Biblia. El siervo o sierva de Dios debe
procurar con diligencia presentar correctamente la palabra de Dios. Como ya lo
mencionamos primero con su estilo de vida. Por eso Usemos
bien la palabra de Dios.
Además, debe prepararse para explicar o exponer correctamente los
pasajes bíblicos. Esto implica estudiar los fundamentos de interpretación de la
Biblia, procurar conocer los conceptos básicos de la geografía, historia,
cultura, etimología, etc, que competen con las Sagradas Escrituras, pues todas
estas se constituyen en herramientas para enseñar o predicar correctamente la
palabra de Dios. Por supuesto, siempre debemos acudir al Espíritu de Dios quien
las inspiró y conoce exactamente su significado, él nos enseñará y ungirá para
llevar Su mensaje.
Cuando Pablo en el texto de hoy dice: “que usa bien la palabra de
verdad”, el término usar vine del griego “orthotomeo”, que traduce además: hacer
un corte derecho, guiar en una senda derecha. Es pues interpretar correctamente,
enseñar adecuadamente el texto bíblico y hacer comprensible las verdades de la
Biblia.
Es nuestro anhelo que el libro “Palabras que transforman el corazón, Tomo I” sea una herramienta y texto de consulta para estudiar y apoyarse en la predicación. El libro en formato electrónico puedes adquirirlo aquí en: Amazon. Si deseas el libro impreso envía tu solicitud al correo: gsanzola@hotmail.com y recibirás las instrucciones. Éste libro también puede tomarse como Devocional Diario, pues contiene notas y comentarios prácticos que edificarán la vida del creyente. Confiamos en Dios que será de bendición.
Reflexión final: Dios ha diseñado instruir, fortalecer y ministrar a Su pueblo a
través de las Sagradas Escrituras, y con el poder de su Espíritu Santo. Permitamos
al Espíritu Santo usarnos conforme a su voluntad.
(Escrito por
Pastor Gonzalo Sanabria)
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