LA FIDELIDAD ES RECOMPENSADA
Dios
espera la fidelidad de su pueblo, pero a lo largo de la Biblia vemos que
generalmente el factor común es lo contrario. Más bien aquellos fieles fueron
personas de renombre, personas que se destacaron.
Pareciera entonces que lo que Dios más espera, es lo que menos ofrecemos. Sin embargo, Cristo es Aquel de quien el Padre dijo: “este es mi Hijo amado en quien tengo complacencia”, y es Jesús quien ha venido a morar en nuestros corazones y por él podemos hacer la voluntad de Dios…
Pareciera entonces que lo que Dios más espera, es lo que menos ofrecemos. Sin embargo, Cristo es Aquel de quien el Padre dijo: “este es mi Hijo amado en quien tengo complacencia”, y es Jesús quien ha venido a morar en nuestros corazones y por él podemos hacer la voluntad de Dios…
“No temas en nada lo
que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la
cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel
hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida. El que tiene oído, oiga lo
que el Espíritu dice a las iglesias. El que venciere, no sufrirá daño de la
segunda muerte”
Apocalipsis 2:10-11.
La
iglesia de Esmirna es advertida ante las futuras persecuciones. Al observar el
texto resaltan las palabras: “padecer, cárcel, probados, tribulación”, que
indican o dejan ver fuertes dificultades. La palabra prueba nos dice también
que Dios lo permite, en ese ámbito se desarrolla la perseverancia, se fortalece
la fe y maduramos ante la adversidad.
Vemos
también que dice: “el diablo echará a algunos en la cárcel”, es decir actuará a
través de las autoridades romanas. Pero le dice el Señor a la iglesia: “No
temas”, porque Dios estará al tanto de todo, y su mano poderosa los preservará
para su reino.
También
Dios le habla a Esmirna de su recompensa para la iglesia, porque Dios
recompensa a los fieles. La fidelidad a Dios sería manifestada ante la
adversidad, ante esto el Señor los hace conscientes y les promete un
galardón, en ésta ocasión dice: “te daré
la corona de la vida”, la corona nos habla de autoridad y gobierno (autoridad y
victoria sobre la muerte, y gobierno porque reinaremos con él). Dios recompensa la fidelidad.
La
frase “la corona de la vida” se destaca aquí, pues Esmirna edificada junto al
Mar Egeo, era la ciudad más bella, extensa y pintoresca del Asia menor. Llamada
hoy día “La perla del Mar Egeo”. En lo alto de la colina Pagos, había un grupo
de hermosos edificios llamados “La corona de Esmirna” (pero Jesús contrasta
ésta corona con la más hermosa, valiosa y eterna: “La corona de la vida”).
La
verdadera fidelidad a Dios, va mucho más allá de las palabras. “Creyente es
aquel que confía y cree en Dios, pero creyente fiel es aquel en quien Dios
puede confiar”.
El
Espíritu Santo fortalece y anima a la Iglesia, y una vez más procura la
sensibilidad de la Iglesia: “el que tiene oído, oiga” pues es el mismo Dios
hablando a su Iglesia, no a los no creyentes, es Dios hablando a su pueblo. El
Espíritu Santo anima a la Iglesia a vencer y no sufrirá daño de la segunda
muerte (que hace referencia a la condenación eterna, Ap. 20:14-15).
Reflexión final:
Por ser hijos de Dios, cuyo anhelo es hacer la voluntad de Dios, enfrentaremos
momentos de rechazo y burla, pero Dios siempre estará con nosotros y al final veremos la victoria y su
recompensa.
(Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria)
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