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LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO (Devocional No. 072)

LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO
(Pastores Gonzalo y Andrea Sanabria)

Cuando el apóstol Pablo llegó a Éfeso, preguntó a los discípulos: “¿recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos dijeron: “ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo”. Ellos ignoraban por completo la persona y obra del Espíritu Santo. 

Jesús ascendió, está sentado a la diestra del Padre y volverá por su iglesia. Pero hoy nos encontramos en el ministerio terrenal del Espíritu Santo. Jesús no dejó a sus discípulos huérfanos, él envió el Espíritu Santo, vive en nosotros. Es fundamental conocer su carácter, su obra, sus anhelos, su guianza, el Espíritu Santo debe ser nuestro mejor amigo…




LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO

Podemos comenzar reconociendo que el Espíritu Santo promueve la santidad. Para esto comencemos por el significado de su nombre desde el griego, Espíritu Santo:

1.  Espíritu: del gr. pneúma: viento, aliento, espíritu, soplo.
2.  Santo: del gr. jágios: puro, sagrado, consagrado (a Dios).

Nos habla de aquel que nos quiere llevar hacía la voluntad del padre. Es aquel que nos redarguye, procura convencernos de lo malo, nunca nos llevará a desobedecer a Dios. Él quiere producir en nosotros el carácter santo del Padre: 1 Pe. 1:14-16. 

La unción y los dones se reciben, Dios los da; el carácter santo se forma (en un marco de acción divina y sometimiento humano). Es una equivocación buscar los dones y la unción, sin anhelar el carácter santo que produce el Espíritu de Dios, pues encontraremos ungidos sin madurez, es decir unción sin el carácter de Cristo. 

Debemos conocer los dones del Espíritu Santo, pero ante todo su naturaleza, carácter y obra.  

El fundamento de la unción es el carácter del hijo de Dios, por eso dice la Escritura: “Al que tiene, más se le dará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará” (Mt. 13:12), pues nadie echaría su valioso aceite en una vasija con un agujero. 




Primero la repararía, la restauraría, para no perder el aceite, por eso el carácter es la fuerza del recipiente que contiene la unción.

Es posible operar en los dones del Espíritu Santo, sin experimentar su fruto. Al observar 1 Corintios 12:7-10, vemos que nueve son los dones del Espíritu (Milagros, sanidades, profecía, fe, discernimiento de espíritus, géneros de lenguas, interpretación, ciencia y sabiduría), y nueve son las manifestaciones del fruto del Espíritu (según Gálatas 5:22-23), ésta igualdad: nueve dones y nueve manifestaciones del fruto, nos indica que ambos son muy importantes en la vida cristiana. 

Pero en la iglesia de Corinto vemos que había poder con gran ausencia de integridad, 1 Cor. 1:7 (dones sobrenaturales) y 1 Cor. 1:11 (contiendas, además había inmoralidad, murmuración, etc), y lo vemos por ej: en Sansón (un hombre con una fuerza física sobrenatural, pero con una gran debilidad moral).  




Reflexión final: Debemos anhelar todo lo que Dios ha planeado para nosotros, pero los motivos deben ser los correctos. Cristo debe ser glorificado en todo. Nuestro mayor gozo es que él brille, y que su reino sea establecido en la tierra. Procuremos pues, anhelar los dones mejores, pero sobre todo el amor, éste es el fundamento esencial del reino de Dios, y la gran diferencia con el reino de las tinieblas.

Te invitamos a leer: Sermones escritos para predicar.  

NO ES CON EJÉRCITO NI CON FUERZA SINO CON MI ESPÍRITU 

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