BEZALEEL Y AHOLIAB, AL SERVICIO DE DIOS (Devocional #036)
Devocional 036 (Pastores Gonzalo y Andrea
Sanabria)
“Habló Jehová a Moisés, diciendo: Mira,
yo he llamado a Bezaleel… y lo he llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría,
inteligencia, ciencia y todo arte, para inventar diseños y trabajar en oro,
plata y bronce… y he puesto con él a Aholiab, para que hagan todo lo que te he
mandado”. Éxodo 31:1-6. Veamos este interesante estudio
Dios
le ha encomendado a Moisés construir el tabernáculo, y por supuesto él no podía
hacerlo sólo. Bezaleel y Aholiab son llamados por Dios y equipados por él para
una labor específica: construir los muebles y utensilios del tabernáculo. Así
que Dios los equipó para hacer esa obra; entonces concluimos que Dios nunca te
envía a hacer aquello que no puedes hacer, cuando Dios te envía ya te ha
equipado (sólo debes aprender a usar lo que él te ha dado).
Observamos
también que ellos tenían unos dones específicos para una labor determinada. Así
como cada estrella tiene su propio brillo, nosotros no debemos envidiar a otros
o murmurar por lo que Dios nos ha dado; más bien depender de Dios y su gracia
para brillar con la luz de Cristo y glorificarlo mediante la correcta administración
de lo que él nos ha entregado.
Observemos que Bezaleel era de la tribu de Judá (la más grande y que marchaba adelante por el desierto) y que Aholiab era de la tribu de Dan (era la última que marchaba por el desierto), vemos que Dios no hace distinción de personas, llama a todos por igual.
Observemos que Bezaleel era de la tribu de Judá (la más grande y que marchaba adelante por el desierto) y que Aholiab era de la tribu de Dan (era la última que marchaba por el desierto), vemos que Dios no hace distinción de personas, llama a todos por igual.
Dios imparte
talentos y deben estar en el lugar correcto. 1 Cor. 12:27-31, nos enseña que es
Dios es quien pone los miembros del cuerpo donde él quiere, según su perfecta y
soberana voluntad. La Escritura nos habla de cuerpo, unidad, miembros,
particularidad, diversidad de oficios y propósitos, complementación, etc.
Entonces podemos concluir:
1. La persona correcta en el lugar equivocado,
genera confusión y frustración.
2. La persona correcta en el lugar correcto,
genera progreso y alabanza a Dios.
3. Las personas correctas en los lugares
correctos generan fruto que honra a Dios, multiplicación y crecimiento.
4. Nos necesitamos los unos a los otros, pues
somos un cuerpo.
Es muy importante
reconocer que la instrucción (capacitación) es necesaria. Un fundamento
esencial es el claro objetivo de la capacitación: Glorificar a Cristo, y no
alimentar el ego.
La necesaria instrucción la observamos desde la antigüedad, y el A.T. nos enseña por ejemplo que el profeta Samuel era el maestro de la escuela de profetas (1 Sam. 19:20), en el N.T. (Hch.22:3), Pablo nos dice que fue instruido por Gamaliel (fariseo, doctor de la ley, venerado por todo el pueblo y nieto de Hillel, famoso rabino), y Jesús y sus discípulos, etc.
La necesaria instrucción la observamos desde la antigüedad, y el A.T. nos enseña por ejemplo que el profeta Samuel era el maestro de la escuela de profetas (1 Sam. 19:20), en el N.T. (Hch.22:3), Pablo nos dice que fue instruido por Gamaliel (fariseo, doctor de la ley, venerado por todo el pueblo y nieto de Hillel, famoso rabino), y Jesús y sus discípulos, etc.
Si tu motivación
es egoísta, tu destino es el fracaso. Dios es amor, y por ende podemos concluir
que todo lo que hace lo hace por amor, por su perfecto amor. Sí Dios es amor y
el reino de Dios es gobernado por el amor, entonces éste debe gobernar las
intenciones de nuestro servicio a Dios.
No buscamos fama, ni reconocimiento de los hombres, busquemos que Dios sea exaltado. Servimos a Dios por su gracia y misericordia, porque nos da el aliento de vida, porque en nuestro corazón hay gratitud por ésta salvación tan grande. Por éstas razones Bezaleel y Aholiab, al servicio de Dios estaban.
No buscamos fama, ni reconocimiento de los hombres, busquemos que Dios sea exaltado. Servimos a Dios por su gracia y misericordia, porque nos da el aliento de vida, porque en nuestro corazón hay gratitud por ésta salvación tan grande. Por éstas razones Bezaleel y Aholiab, al servicio de Dios estaban.
Reflexión
final: Dios nos diseñó, él nos planeó un día y quiere
que conozcamos aquel plan que trazó para nuestra vida, y aquellos dones que
depositó en nosotros. Déjate guiar por el Señor y sírvele con gozo, gratitud y
ante todo por amor (Oración: Amado Jesús ayúdame a servirte con amor, fidelidad
y perseverancia, gracias por el privilegio de servir al Rey de reyes y Señor de
Señores, tu eres la razón de mi servicio. Amén).
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