CÓMO ALIMENTAR MI VIDA ESPIRITUAL
El Señor Jesús nos enseñó “No sólo de pan vivirá el hombre, sino de
toda palabra que sale de la boca de Dios”. Nuestro ser es tripartito (espíritu,
alma y cuerpo), el alimento natural nutre nuestro cuerpo, y con placer
disfrutamos la buena comida.
Sin embargo debemos tener en cuenta que es vital alimentar nuestro espíritu, y esto se hace a través de la Palabra de Dios. Cuando dejamos de oírla, leerla y estudiarla, nuestro espíritu se hace vulnerable a los ataques del enemigo, y débil ante las tentaciones. Es fundamental llenarnos de Cristo, pues en él somos más que vencedores…
Sin embargo debemos tener en cuenta que es vital alimentar nuestro espíritu, y esto se hace a través de la Palabra de Dios. Cuando dejamos de oírla, leerla y estudiarla, nuestro espíritu se hace vulnerable a los ataques del enemigo, y débil ante las tentaciones. Es fundamental llenarnos de Cristo, pues en él somos más que vencedores…
¿CÓMO ALIMENTAR MI VIDA ESPIRITUAL?
“Desead, como niños recién nacidos la leche espiritual para que por
ella crezcáis para salvación” 1 Pedro 2:1-2…
Cuando todos vamos al templo, o a un evento religioso, o asistimos a una reunión
de grupo donde nos van a compartir un mensaje cristiano vamos con una
expectativa de lo que escucharemos. También quien va a compartir la reflexión o
sermón quiere hacerlo de la mejor manera posible para que todos sean bendecidos
y Dios sea glorificado.
El texto citado hoy, nos recuerda la importancia de mantener el anhelo
por la palabra de Dios, ella alimenta y fortalece nuestro espíritu. El apóstol
Pedro nos aconseja: “Desead (la palabra
de Dios) como niños recién nacidos (como
un bebe desea el alimento)”, esto nos habla del profundo deseo que debemos
mantener por la Palabra de Dios, leerla con la dirección del Espíritu Santo, y
su revelación nos alimentará y fortalecerá mucho más de lo que hace el alimento
natural en nuestro cuerpo.
En varios pasajes de la Biblia Dios mismo nos enseña que debemos cuidar la sana doctrina. Los creyentes de Berea son mencionados en la Biblia, entre otras cosas porque ellos después de escuchar el mensaje estudiaban las Sagradas Escrituras para ver si estas cosas eran así (Hch. 17:10-11).
El judío desde niño era enseñado en la Torá o Ley (podemos decir que aprendía a leer con ella), y debía memorizar partes completas de ésta para la celebración del Barmitzvah (celebración a los trece años donde se convertía en hijo del pacto).
El mismo Señor Jesús fue un Maestro reconocido por todos. El ministerio
de la enseñanza fue notorio y destacado en su ministerio terrenal. El mismo
apóstol Pablo era un hombre docto y formado a los pies de Gamaliel, su
conocimiento de varios idiomas y de otras culturas favoreció su ministerio
apostólico o misionero.
El Maestro enseñó que el hombre vive de toda palabra que sale de la boca de Dios, luego nuestro espíritu es alimentado por la Palabra del Señor, y es la oración la que nutre y fortalece la vida espiritual.
El Maestro enseñó que el hombre vive de toda palabra que sale de la boca de Dios, luego nuestro espíritu es alimentado por la Palabra del Señor, y es la oración la que nutre y fortalece la vida espiritual.
La comunión con Dios de por sí implica la lectura y estudio de la Biblia, pues es el Espíritu Santo quien la inspiró y quien la revela. Dios requiere que sus hijos le amen, pues él ha prometido que: "cosas que ojo no vio ni oído oyó, son las que Dios ha preparado para los que le aman" y son reveladas por el Espíritu.
Cuando se nos da la oportunidad de compartir la Palabra de Dios debemos
procurar que Cristo sea glorificado, para hablar de él definitivamente debemos
hablar primero con él en nuestro lugar de oración. Es muy difícil hablar bien
de alguien si no le conocemos, por eso detrás de todo mensaje cristiano debe
haber un encuentro con Cristo primero.
No debemos buscar a Dios porque tenemos que enseñar o predicar, sino porque sabemos que separados de él nada podemos hacer. Cristo, el Verbo, la Palabra Viviente, es la fuente de vida de todo creyente, por eso necesitamos Su revelación para vivir.
No debemos buscar a Dios porque tenemos que enseñar o predicar, sino porque sabemos que separados de él nada podemos hacer. Cristo, el Verbo, la Palabra Viviente, es la fuente de vida de todo creyente, por eso necesitamos Su revelación para vivir.
Reflexión final: Es necesario buscar la presencia de Dios, en su
bondad él nos dará Su palabra, la cual nos alimenta, nos ayudada crecer, y fortalece
para hacer Su voluntad.
(Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria)
Te invitamos a leer:
Yo quiero volver a tener primer amor con Cristo
ResponderBorrarDios también desea ayudarte en esto, restaura aquellos tiempos de comunión con Dios y con su palabra y poco a poco este fuego volverá a encenderse. Bendiciones.
BorrarTengo mucho miedo, y siento que me hace falta alimentar mi espíritu. Me preocupa porque el Espíritu está como enojado conmigo y temo de que me vaya a rechazar, yo solo quiero estar en paz con la deidad.
ResponderBorrarEl Señor Jesús bendiga tu vida y tu familia. Muchas gracias por dejarnos tu inquietud. Recuerda los brazos de Jesús siempre están abiertos y dispuesto para ayudarnos. Su poderosa sangre te limpia de todo pecado y él te levanta de nuevo.
BorrarCómo restauro mi espíritu?
ResponderBorrarAcércate a Jesús en oración, él es vida y restaura todo nuestro ser.
BorrarGRACIAS POR COMPARTIR LA PALBRA DE DIOS.
ResponderBorrarEl Señor Jesús bendiga tu vida y tu familia. Muchas gracias por dejarnos tu valioso comentario, y por apoyar esta labor.
BorrarDios les bendiga hermoso mensaje
ResponderBorrarLilieth, el Señor Jesús bendiga tu vida y tu familia. Muchas gracias por dejarnos tu valioso comentario, y por apoyar esta labor.
Borrar