La
fe ve más allá de las circunstancias; pone sus ojos en la meta no se detiene en
las adversidades; ve la grandeza de Dios aunque los problemas sean de buen
tamaño; la fe confía en Dios aunque transcurra el tiempo y para los hombres se
haga tarde...
JESÚS NO SE DEMORA, ÉL LLEGA A
TIEMPO
“Estaba
entonces enfermo uno llamado Lázaro, de Betania, la aldea de María y de Marta
su hermana. (María, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo, fue la que ungió al
Señor con perfume, y le enjugó los pies con sus cabellos). Enviaron, pues, las
hermanas para decir a Jesús: Señor, he aquí el que amas está enfermo”
Juan 11:1-3.
Las
crisis no hacen distinción de personas, de clase social o raza, simplemente
aparecen un día. Según nos enseña la Escritura Jesús tenía un amor especial por
la familia de Lázaro: “Y amaba Jesús a Marta, a su hermana y a Lázaro” (Jn.
11:5). Era la familia que lo hospedaba cuando iba de paso a Jerusalén.
Allí
María lo ungió con perfume. Pero vemos que Lázaro estaba gravemente enfermo, entonces
concluimos que el amor de Dios no significa ausencia de crisis, sino victoria
sobre las crisis.
Siempre
veremos que en las crisis Dios muestra su gloria, pues Jesús respondió a las
hermanas de Lázaro: “Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de
Dios” (Jn. 11:4).
La Biblia no nos declara cual era la enfermedad de lázaro.
Este momento era difícil, no solo porque era un ser querido, sino porque
trabajaba para el sustento de la casa, era el varón que representaba a las
hermanas, el futuro se veía oscuro y complicado… pero Jesús expresa que en esta
situación se manifestará la gloria de Dios
A
lo largo de la Escritura podemos ver que los hombres de Dios enfrentaron
grandes desafíos y dificultades, estuvieron en algunos momentos a punto de
desfallecer, pero Dios siempre estuvo allí para fortalecerlos e impulsarlos
hacia su destino y victoria. Pues, al final la gloria siempre es de Dios.
Dios
hace las cosas en su tiempo, él no se demora, ni se anticipa, él siempre llega
a tiempo. Después de transcurrir algunos días Lázaro muere y Jesús llega, él no salió apresuradamente para
Betania.
Jesús estaba a orillas del río Jordán, y él llegaría en el momento
justo para glorificar a al Padre celestial. Finalmente, Jesús levantó a Lázaro
y todos glorificaron al Señor. Siempre tengamos presente para Dios todo es
posible.
Reflexión final:
Dios conoce todos los momentos de nuestra vida, no le son desconocidos y sabe
cuándo actuar y manifestar su gloria. Él no tarda, ni llega demasiado temprano,
cuando pensamos que demora es porque quiere mostrar mayor gloria.
Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.
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