EL ESPÍRITU SANTO EN LA VIDA Y MINISTERIO DE JESÚS
(Pastores Gonzalo y Andrea Sanabria)
Es fundamental conocer la obra del Espíritu Santo en el creyente,
y una manera de verlo y saberlo es mirando la obra del Espíritu Santo en la
vida de Jesús mientras estuvo aquí en la tierra ¿Cuál fue la relación de Jesús
con el Espíritu Santo en su vida y ministerio? ¿Cuáles son aquellos momentos especiales donde las Escrituras destacan la obra del Espíritu Santo en Jesús?...
EL ESPÍRITU SANTO EN LA VIDA Y
MINISTERIO DE JESÚS
“…Estando desposada María su madre con José, antes que se
juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo... y he aquí un ángel
del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas
recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu
Santo es”, Mt. 1:18-20.
El nacimiento de
Jesús fue un acontecimiento sobrenatural. El Señor Jesús fue concebido en la
matriz de María, por el poder del Espíritu Santo (la concepción de un hijo es
una maravilla por diseño de Dios), podemos decir a la luz de éste
acontecimiento que el Espíritu Santo da vida, genera vida. Él nos lleva a una
nueva vida en Jesús y es quién sostiene esa nueva vida. Por tanto es vital la
comunión con el Espíritu Santo.
En el bautismo de
Jesús vemos la manifestación gloriosa del Espíritu Santo (“… también Jesús fue bautizado; y orando, el cielo se abrió,
y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma, y vino
una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia”,
Lc. 3:21-22).
En éste momento
el Señor Jesús es ungido por el Espíritu Santo (símbolo de consagración; en el
A.T. los reyes, profetas, y sacerdotes eran ungidos, esto indicaba equipamiento
sobrenatural para la obra, y separación para Dios). Este acontecimiento marcaba
el inicio del ministerio sobrenatural del Señor Jesús, comienzo confirmado por
Dios mismo.
El Espíritu Santo
vino “como paloma” Las características de la paloma
son: gentil, tierna, graciosa, inocente, suave, pacífica, pura, paciente,
fácilmente contristada o asustada y fiel (las palomas se aparean con la pareja que eligen
para toda su vida).
El hecho de que el Espíritu Santo es representado como una paloma indica que Él nunca demanda ni obliga a los suyos; Él obra por medio de suaves directivas o persuasiones, y precede la voz del Padre (afirmando la identidad del Hijo), esto nos enseña que será más fácil oír al Padre en la medida de la comunión con el Espíritu, y esto afirmará nuestra identidad como hijos de Dios.
El hecho de que el Espíritu Santo es representado como una paloma indica que Él nunca demanda ni obliga a los suyos; Él obra por medio de suaves directivas o persuasiones, y precede la voz del Padre (afirmando la identidad del Hijo), esto nos enseña que será más fácil oír al Padre en la medida de la comunión con el Espíritu, y esto afirmará nuestra identidad como hijos de Dios.
En su ministerio
el Señor Jesús recurrió a los dones y poder del Espíritu Santo (“el Espíritu
del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para…” Lc.
4:16-19).
El Señor Jesús inicia su ministerio después de haber sido ungido por el Espíritu Santo, viene de derrotar al tentador en el desierto (así pues aprendemos que para desarrollar un ministerio eficaz requerimos la unción del Espíritu Santo, y que es él quien nos fortalece y capacita para la batalla). Por ej: Bezaleel y Aholiab fueron ungidos para la hermosa labor en el tabernáculo.
El Señor Jesús inicia su ministerio después de haber sido ungido por el Espíritu Santo, viene de derrotar al tentador en el desierto (así pues aprendemos que para desarrollar un ministerio eficaz requerimos la unción del Espíritu Santo, y que es él quien nos fortalece y capacita para la batalla). Por ej: Bezaleel y Aholiab fueron ungidos para la hermosa labor en el tabernáculo.
El cumplimiento
de lo que estaba escrito, se hace real en la medida en que Jesús camina con el
Espíritu Santo (así pues la profecía es la visión o meta, y la unción del
Espíritu Santo es el equipamiento que te llevará al cumplimiento de la misma).
Reflexión final: El Señor Jesús
no recurrió a su poder como Dios, sino que siendo ungido por el Espíritu Santo
desarrolló un ministerio sobrenatural, y anduvo haciendo bienes y sanando a
todos los oprimidos por el diablo. Por todo esto, nos damos cuenta que sin el
Espíritu Santo no hay vida ni poder para un servicio eficaz a Dios. Gracias
Señor por enviar tu Santo Espíritu a nosotros.
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