EL ESPÍRITU SANTO EN LA FAMILIA (Devocional No. 080)
(Pastores Gonzalo y Andrea Sanabria)
Pensemos
por un momento cuantas veces vemos en la televisión hijos adolescentes de
grandes estrellas o de familias muy ricas, siendo arrestados, encarcelados o formando
parte de grandes escándalos…
Lo han tenido todo, materialmente hablando, pero sus padres han sido ausentes, por tanto han sido lastimados, abusados, rechazados. Pero Dios desea familias restauradas, y tiene el poder para hacerlo. Acerquémonos con fe a Su presencia.
Lo han tenido todo, materialmente hablando, pero sus padres han sido ausentes, por tanto han sido lastimados, abusados, rechazados. Pero Dios desea familias restauradas, y tiene el poder para hacerlo. Acerquémonos con fe a Su presencia.
“Hubo en los días de Herodes… un sacerdote llamado Zacarías… su mujer era de las hijas de Aarón, y se llamaba Elisabet. Ambos eran justos delante de Dios, y andaban irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor. Pero no tenían hijo, porque Elisabet era estéril, y ambos eran ya de edad avanzada.”, Lucas 1:5-7.
Cuando
el Espíritu Santo gobierna la familia, genera unidad frente a las diversas
crisis. Para ambos, Zacarías y Elisabet, fue muy difícil aceptar que no podían
tener hijos, pero no se culparon el uno al otro, ni usaron éste argumento para
separarse.
Seguramente pasaron por momentos críticos, momentos de impotencia, pero usaron la poderosa arma del perdón, perdona y pide perdón, esto es sanador. La unidad implica y requiere perdón y tolerancia. Tengamos siempre presente el poder del perdón.
Seguramente pasaron por momentos críticos, momentos de impotencia, pero usaron la poderosa arma del perdón, perdona y pide perdón, esto es sanador. La unidad implica y requiere perdón y tolerancia. Tengamos siempre presente el poder del perdón.
La
familia unida puede enfrentar y superar las más difíciles adversidades. Esta
familia tuvo que enfrentar muchas dificultades:
1. Desánimo ante la decepción (no podían tener hijos, y seguro se
casaron esperando poder tenerlos),
2. Calumnias e incomprensión (para la mente judía no tener hijos era
señal de maldición, por tanto estuvieron expuestos al señalamiento),
3. Tentaciones para ir por los caminos equivocados (ellos pudieron
murmurar o enojarse contra Dios, abandonar la fe, recurrir a
poderes del ocultismo, justificar la infidelidad; pero decidieron
mantenerse fieles a Dios).
El Espíritu Santo renueva y fortalece el amor de pareja.
Zacarías y Elisabet, llegaron a la vejez juntos (La ausencia de un hijo
no los separó; porque los hijos no deben separar a los padres).
Ellos lograron vencer muchos obstáculos que surgieron a medida
que los años pasaban, usaron con destreza el dialogo de pareja.
Que interesante que la primera manifestación del fruto del
Espíritu Santo es el amor. El Espíritu Santo nos da la capacidad de
amar al esposo(a), a los hijos, a los padres, con sus fallas,
pues la Biblia dice que “el amor cubre multitud de faltas”.
Reflexión final: Dios nos ayuda y fortalece ante las crisis, su
Espíritu Santo nos renueva y guía, nos llena de su amor, el
verdadero amor que no sólo nos capacita para tolerar, sino que
nos da la fuerza para luchar por nuestra familia.
Te invitamos a leer:
1. ACÉRCATE A JESÚS
2. AL OTRO LADO HAY UN MILAGRO
3. FUISTE ELEGIDO(A) POR DIOS
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