CRUCIFIXIÓN Y MUERTE DE JESÚS (Parte I. Devocional No. 055)
Prédica cristiana sobre la crucifixión de Jesús. Bosquejo Predicación (Crucifixión y muerte de Jesús. Parte 1).
Cuando
el apóstol Pablo estaba prisionero con Silas, por predicar la fe en Jesús, en
el calabozo de más adentro de la cárcel de Filipos, con los pies en el cepo y
sus espaldas heridas por los azotes
“a medianoche comenzaron a cantar a Dios y los presos los oían… entonces de repente sobrevino un gran terremoto, y al instante se abrieron todas las puertas y las cadenas de todos se soltaron”… Cuando el panorama es oscuro y complicado, en necesario depositar nuestra confianza en Dios…
“a medianoche comenzaron a cantar a Dios y los presos los oían… entonces de repente sobrevino un gran terremoto, y al instante se abrieron todas las puertas y las cadenas de todos se soltaron”… Cuando el panorama es oscuro y complicado, en necesario depositar nuestra confianza en Dios…
CRUCIFIXIÓN
Y MUERTE DE JESÚS (Parte I)
“Y
llevándole, tomaron a cierto Simón de Cirene, que venía del campo, y le
pusieron encima la cruz para que la llevase tras Jesús. Y le seguía gran
multitud del pueblo, y de mujeres que lloraban y hacían lamentación por él”,
Lucas 23:26-27.
No podemos
evitarlo, las pruebas o crisis son reales, ellas forman parte de nuestro
camino. Aparecen por voluntad de Dios o por nuestras malas decisiones. Éste
momento era doloroso para todos: para Jesús, para los discípulos, y para las
multitudes que seguían al maestro.
Pero Jesús estaba haciendo la voluntad del Padre: entregar su vida en sacrificio por nosotros, era un momento doloroso en la voluntad de Dios. Sin embargo, en otras ocasiones nuestra vida experimenta momentos críticos, porque tomamos malas decisiones (no son pruebas, sino consecuencias), por ej: Moisés no entró a la tierra prometida por golpear la Roca.
Pero Jesús estaba haciendo la voluntad del Padre: entregar su vida en sacrificio por nosotros, era un momento doloroso en la voluntad de Dios. Sin embargo, en otras ocasiones nuestra vida experimenta momentos críticos, porque tomamos malas decisiones (no son pruebas, sino consecuencias), por ej: Moisés no entró a la tierra prometida por golpear la Roca.
Es
fundamental mantener presente que la comunión con Dios nos fortalecerá en medio
de las pruebas, (“Pero Jesús, vuelto hacia ellas, les dijo: Hijas de Jerusalén, no lloréis
por mí, sino llorad por vosotras mismas
y por vuestros hijos”, Lc. 23:28).
Jesús a quienes están llorando les dice: “clamen por ustedes, y por sus hijos,… pues si esto hacen con el árbol verde, cuánto peor será lo que harán con el seco?”, es como decir: “si esto hacen con el inocente, que pasará con los culpables?”, Jesús está profetizando aquí lo que vendrá, es decir tiempos de destrucción para Jerusalén, y deben llorar (clamar, orar) por ellas mismas y sus familias.
Jesús a quienes están llorando les dice: “clamen por ustedes, y por sus hijos,… pues si esto hacen con el árbol verde, cuánto peor será lo que harán con el seco?”, es como decir: “si esto hacen con el inocente, que pasará con los culpables?”, Jesús está profetizando aquí lo que vendrá, es decir tiempos de destrucción para Jerusalén, y deben llorar (clamar, orar) por ellas mismas y sus familias.
La
comunión sincera con Dios les iba a fortalecer en medio de esa futura situación
(vemos que Jesús las llama: “Hijas de Jerusalén”, vrs. 28, pues no venían de
Galilea, eran observadoras locales, sus lágrimas eran de dolor por el
sufrimiento del reo, no de arrepentimiento por el pecado.
Es
vital sostener nuestra comunión con Dios en todo tiempo, por eso el apóstol
Pablo también nos dice: “fortaleceos en el Señor, tomad toda la armadura de
Dios, para que podáis resistir en el día malo y permanecer firmes”… El apóstol
no nos está asustando, sino concientizando de una realidad espiritual, hay días
difíciles (“malos”), y éstos serán conquistados por aquellos cuya comunión con
Dios es sincera, fuerte y constante.
Recordemos
que el Señor Jesús alcanzó la victoria sobre la traición de Judas, sobre la
decepción del abandono de sus discípulos en el momento de su captura, sobre el
dolor y menosprecio, en el huerto de Getsemaní, pues allí oró “con gran clamor
y lágrimas al que le
podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente”, Heb. 5:7.
Reflexión final: Ante ésta realidad (las crisis o pruebas), la comunión con Dios es
nuestra fortaleza, es la herramienta o provisión de Dios para nuestra victoria.
Aún haciendo la voluntad de Dios, tendremos que superar obstáculos y será Dios
mismo quien nos dará sus fuerzas para vencer, no desmayes, el Padre le dio la victoria
a su Hijo, y también es nuestro Padre, y con él venceremos..
Te invitamos a leer la segunda parte de éste tema en: "CRUCIFIXIÓN Y MUERTE DE JESÚS, 2a Parte,
Te invitamos a leer la segunda parte de éste tema en: "CRUCIFIXIÓN Y MUERTE DE JESÚS, 2a Parte,
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