Explicación de Filipenses 3:13-14 (versículo)
Una gran virtud que vemos en Moisés fu su perseverancia, pues durante los cuarenta años de camino por el desierto, nunca pensó en volver a
Egipto, nunca pensó en volver atrás.
Moisés nunca expresó: “volvámonos a la esclavitud, pues éste camino por el
desierto es muy duro”; él en los momentos más difíciles lo que hizo fue buscar
a Dios, ésa fue su fortaleza, él era un adorador, un apasionado por la
presencia de Dios. A pesar de los obstáculos él seguía hacia la meta trazada por Dios. Es fundamental fortalecernos en Dios y perseverar, te invito a leer este interesante estudio
Prosigo a la meta (Filipenses 3:13-14):
Recordemos que cuando el apóstol Pablo se encontraba preso en la cárcel de Filipos con Silas,
según Hechos 16:25 "Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios, y los presos los oían", lo que ellos hicieron fue adorar a Dios, no murmuraron, ni se
quejaron y tampoco pensaron en renunciar. Ellos siguieron adelante con la
fuerza de Dios. Veamos ahora al apóstol Pablo según Filipenses 3:13-14
“Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya
alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y
extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo
llamamiento de Dios en Cristo Jesús” Filipenses 3:13-14.
La adversidad es parte del camino. Ante
ella hay diversas reacciones: enfrentarla, negarla, huir de ella, etc. Se
requiere aquí una profunda decisión de no volver atrás, si queremos lograr o
alcanzar algo significativo, pues las cosas sin valor no requieren ningún
esfuerzo, ni presentan dificultades.
Podemos encontrarnos con personas que
tienen grandes talentos pero no logran grandes metas, pues les falta
perseverancia. Y vemos también el contraste, es decir personas cuya constancia
los ha llevado a grandes conquistas.
El apóstol Pablo perseveró a pesar de
todo, como lo expresa el texto de hoy. Recordemos que Pablo escribe ésta carta a
los filipenses desde la cárcel. Es un cristiano que ha vivido naufragios, fue
traicionado, abandonado, apedreado, en peligro muchísimas veces, menospreciado
por judíos y discípulos, etc; pero no abandonó los caminos del Señor, ni su
servicio a Dios.
(Te invito a leer: Sermones
escritos para predicar).
La decisión de perseverar de Pablo hasta el fin fue firme, y lo expresa
diciendo en este versículo: “Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” y así
lo hizo, fue fiel a Dios hasta el fin de sus días.
Cabe destacar la frase: “olvidando lo que
queda atrás”, es un ejercicio de la mente, y lamentablemente muchas veces se
recuerda con frecuencia lo que ha quedado atrás y que hoy no es útil, como heridas
y ofensas, desordenes de la vida pasada, antiguos novios (as), o anhelos del
corazón que sabemos, no nos hacen bien (los recuerdos del pasado deben ser un
testimonio para la gloria de Dios).
Veamos un ejemplo en Israel, que camino a
la tierra prometida, dijo: “Nos acordamos del
pescado que comíamos en Egipto de balde, de los pepinos, los melones, los
puerros, las cebollas y los ajos; y ahora nuestra alma se seca; pues nada sino
este maná ven nuestros ojos ¿No nos
sería mejor volvernos a Egipto? Y decían el uno al otro: Designemos un capitán,
y volvámonos a Egipto”.
Eran
recuerdos y anhelos del alma, que expresaban su deseo de volver atrás, aunque
era Dios mismo quien los guiaba, y quien los había sacado con maravillas de la
esclavitud egipcia. Es vital renovarnos en Dios y alimentarnos de su palabra
La perseverancia es requerida en el Reino
de Dios: “Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el
arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios”, Lucas capítulo 9, versículo 62. El arado era llevado por una yunta de bueyes (dos
bueyes), y el labrador ponía una mano en el arado y en la otra, la vara para empujar
y motivar a los bueyes, mirando siempre al frente, adelante, y así evitar que
el surco quedara torcido.
El arado es símbolo de un caminar recto, de servicio
al Señor, mirando al frente, de seguir a Cristo con los ojos puesto en él
(haciendo caso omiso de las fuentes de distracción y perseverando ante los
obstáculos del camino).
El apóstol Pablo estaba concentrado (por eso dice en Filipenses 3:13: "Una cosa hago") y su mirada estaba puesta al frente determinado a perseverar (por eso dijo: "me extiendo a lo que está adelante"). (Te invito a leer: “Confía
en Dios, aunque todo esté en tu contra”).
Un deportista puede invertir muchos años de su vida capacitándose para ganar una medalla olímpica, de hecho puede fracasar muchas veces antes de lograrlo. Pero su esperanza es que su perseverancia será premiada algún día. La felicidad que lo embarga el día de la premiación es inmensa.
Pablo nos deja ver que el premio es Cristo mismo, por tanto con la fuerza de Dios debemos perseverar y avanzar, pues no hay mayor tesoro ni riqueza que Cristo mismo, por eso prosigo a la meta, me extiendo a lo que está adelante, olvidando lo que queda atrás y persevero al premio en Cristo Jesús (Como nos dice Pablo en Filipenses 3).
Filipenses 3:13-14 según la Nueva Versión Internacional nos dice: "Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzadamente por alcanzar lo que está delante, sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús".
Este pasaje nos permite ver que El apóstol Pablo se esforzó y perseveró a pesar de las múltiples
adversidades y decepciones en el caminar de su servicio a Dios. Debemos tener
presente que Pablo escribe ésta carta a los filipenses estando él encarcelado
por predicar el evangelio del Señor Jesús, pero su confianza en Dios y en su cuidado sigue firme y segura.
Es Pablo un creyente que ha tenido que enfrentar
y superar varios naufragios, en otros momentos fue abandonado, también fue apedreado,
él estuvo en peligro varias veces, fue rechazado por sus propios hermanos
judíos y fue olvidado por muchos de sus discípulos, entre otras cosas que le
sucedieron.
Sin embargo Pablo no renunció, tampoco se quejó,
ni murmuró contra Dios, ni abandono el camino de la fe, tampoco rechazó su
servicio al Señor. A pesar de todas las cosas ocurridas él dice “sigo adelante, persevero hacia la meta, procuro
el premio en Cristo Jesús” Filipenses
3:13-14.
Reflexión final: Seguir a Jesucristo, ser un discípulo suyo, implica esfuerzo y
perseverancia, pues los obstáculos y oposición son parte del camino. Gracias a
Dios, él ha prometido estar con nosotros todos los días y multiplicar nuestras
fuerzas como las del búfalo. Adelante, recuerda que las aflicciones presentes, no
son comparables con la gloria venidera.
(Pastores Gonzalo y Andrea Sanabria).
(Te invito a leer: “Confía
en Dios, aunque todo esté en tu contra”).
Te invitamos a leer lo siguientes artículos:
ANEXO: VIRTUDES DE UN
VENCEDOR (Cómo Pablo lo expresa en Filipenses 3:13-14 debemos seguir hacia la meta):
1)
Debe ser consciente de las dificultades del camino, Marcos 6:1-4.
“Jesús se marchó de allí y llegó a Su pueblo, y Sus discípulos Lo
siguieron. Cuando llegó el día de reposo, comenzó a enseñar en la
sinagoga; y muchos que escuchaban se asombraban, diciendo: "¿Dónde obtuvo
Este tales cosas, y cuál es esta sabiduría que Le ha sido dada, y estos
milagros que hace con Sus manos? "¿No es Este el carpintero, el hijo de María, y hermano
de Jacobo (Santiago), José, Judas y Simón? ¿No están Sus hermanas aquí con
nosotros?" Y se escandalizaban a causa de El. Y Jesús les dijo:
"No hay profeta sin honra sino en su propia tierra, y entre sus parientes
y en su casa”
a) El Señor Jesús fue rechazado por los suyos.
Comentario: Aquella era su tierra, ellos eran su familia, literalmente
eran hermanos y no creían en el poder que el Padre había puesto en él, y aunque
ellos no podían negar la poderosa sabiduría y las señales, decidieron no creer
en él. Debemos tener presente que una forma de honrar al Señor es creyendo en su
poder y testimonio.
b) El Señor Jesús vivió la
decepción.
Comentario: Jesús seguramente esperaba hallar disposición, fe, corazones mansos al
mensaje de Dios. La palabra decepción también significa desilusión, esto es perder
la esperanza o ilusión que había y por lo general esto produce tristeza y desaliento.
c) El Señor experimentó la incredulidad de los
demás, Marcos 6:5-6a.
“Y no pudo hacer allí ningún milagro; sólo sanó a unos pocos enfermos
sobre los cuales puso Sus manos. Estaba maravillado
de la incredulidad de ellos”
Comentario: La Biblia nos dice: “no pudo hacer allí ningún milagro”, esa
frase “no pudo” no fue por incapacidad del Señor Jesús ya que él es Dios Todopoderoso,
eso se debía a la incredulidad de ellos mismos, fue eso lo que impidió la obra
del Señor.
El pasaje bíblico nos dice que “sanó algunos pocos enfermos” y “no pudo
hacer ningún milagro”, esto nos muestra que no sólo recibieron poco respecto a
la sanidad, sino que perdieron cosas más grandes como los milagros que el Señor
Jesús traía para ellos (la sanidad tiene relación con la restauración de la
salud, mientras que los milagros implican hechos que asombran a los testigos,
como por ejemplo órganos completamente nuevos en el cuerpo del ser humano).
(Te invito a leer: Buscando
la presencia de Dios.).
2)
Un vencedor usa la adversidad para madurar y crecer,
Marcos 6:6b.
a) Cuando aparecen los
obstáculos la perseverancia debe aparecer.
Nos dice la Escritura que Jesús “Y recorría las aldeas de alrededor,
enseñando”.
Comentario: el Señor Jesús no se estancó por el rechazo en la
ciudad de Nazaret, aunque las cosas no salieron bien, él persistió y siguió adelante
con aquello que Dios le había delegado, y por eso va a los demás lugares de
alrededor. Vemos pues que aunque su enseñanza no fue aceptada ni valorada en Nazaret
siguió llevándola a otras regiones.
El Señor Jesús no renunció, más bien siguió adelante con el propósito
del Padre Celestial. Jesús llegó a la ciudad de Nazaret después de haber realizado
varios milagros y sanidades en la ciudad de Capernaúm, pero se encontró con la
incredulidad y menosprecio de los suyos, pero estas cosas no lo detuvieron.
Comentario: No debemos confundir orgullo o soberbia con constancia, porque la
soberbia lleva al hombre a la terquedad y obstinación, mientras que la humildad
hace al hombre dependiente de Dios, y por consecuencia lo hace constante.
Vemos que el pasaje bíblico nos dice que el Señor Jesús no fue bien recibido en
Nazaret, y más bien él se fue a las aldeas de alrededor para enseñar (aquellas aldeas
eran extensiones de los centros urbanos principales).
La palabra Nazaret significa: reverdeciente, protectora, coronada, pero
sus habitantes no lograron ver a Dios en la persona de Jesucristo, sin embargo
los habitantes de las aldeas de alrededor recibieron lo que el Señor Jesús
traía, esto es milagros, sanidades, perdón, salvación y vida nueva. Dios no
decepciona a aquel que en él cree.
Recordemos aquí las frases de Pablo: “prosigo a la meta, me
extiendo a lo que está adelante, olvidando lo que queda atrás y persevero al
premio en Cristo Jesús” (Filipenses 3: 13-14).
b) El vencedor debe
valorar el proceso formativo.
Comentario: Ellos decían entre sí: “¿no es éste el carpintero?, el Señor Jesús
creció y aprendió un oficio como cualquier otro judío, y en la carpintería comenzó
su formación, allí desarrolló virtudes como: la constancia, la responsabilidad,
la puntualidad, la diligencia, la obediencia, fidelidad, el respeto, la vida
devocional, entre otros.
(Te invito a leer: Sermones escritos para predicar).
3)
Un vencedor desarrolla la
capacidad de superar los obstáculos, Marcos 6:7, 12-13.
“Entonces Jesús
llamó a los doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles autoridad
(poder) sobre los espíritus inmundos… Saliendo los doce,
predicaban que todos se arrepintieran. También echaban
fuera muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos y los sanaban”
a) A través de sus discípulos el Señor Jesús expandió
su ministerio.
“Después llamó a los doce, y comenzó a enviarlos de dos en dos; y les
dio autoridad sobre los espíritus inmundos”.
Comentario: El Señor Jesús venía ministrando grandes milagros y
sanidades en persona, pero ahora delega su poder y autoridad, multiplicando así
su nivel de influencia y capacidad para cumplir con su ministerio, podemos ver
Lucas 9:1-2, 6, se nos dice que: “pasaban por todas las aldeas, anunciando el
evangelio y sanando por todas partes”, antes el ministerio estaba
limitado a la persona de Jesús, pero ahora por todas partes”.
b) La fe al hacer la voluntad de Dios te impulsa
a nuevos niveles.
Comentario: EL Señor Jesús no fue egoísta sino que delegó su
autoridad y poder, no se detuvo ante algunas imperfecciones de aquellos discípulos,
él creía que esa era la voluntad de su Padre y que ellos eran los llamados por él.
Los discípulos no dudaron sino que avanzaron en fe creyendo en las palabras del
Señor Jesús, y vieron la gloria y poder de Dios, ministraron en niveles que
nunca habían pensado. Por eso cree, avanza, Dios tiene nuevas cosas para ti, él
quiere usarte poderosamente.
Reflexión final: Jesús enfrentó sus obstáculos con firmeza y
con la ayuda de su Padre, los superó, y alcanzó niveles mayores. Un vencedor
persevera confiando en el poder divino, y con la certeza de que nuevas cosas
tiene Jesús para su vida. “prosigo
a la meta, me extiendo a lo que está adelante, olvidando lo que queda atrás y
persevero al premio en Cristo Jesús” (Filipenses 3: 13-14).
La fe del apóstol Pablo iba mucho más allá de la confianza terrenal, pues él estaba convencido de los beneficios eternos y celestiales que hay en Cristo Jesús, por eso unos versículos más abajo dijo:
"Más nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas" Filipenses 3:20-21.
Te invitamos a leer sermones que edificarán tu vida:
Con
la ayuda de Jesús seguimos adelante.
Así como
sucedió con el apóstol Pablo, según Filipenses 3:13-14, con la ayuda de Jesús
podemos proseguir a la meta y seguir adelante, el Señor mismo es nuestra
fortaleza y victoria. Veamos por ejemplo, el caso de los discípulos del Señor
en el mar de Galilea.
La palabra
de Dios nos enseña que los discípulos del Señor estaban atravesando el mar de Galilea
en medio de una tormenta que nadie esperaba, tampoco la vieron venir antes de
embarcarse hacia el otro lado (debemos tener presente que ellos eran pescadores
en este mismo lugar, pero la tormenta fue inesperada).
Nos dice
la Escritura según el evangelio de Marcos 4: 39-41 que el Señor “Jesús se
levantó, reprendió al viento y dijo al mar: "¡Cálmate (Calla), sosiégate
(enmudece)!" Y el viento cesó, y sobrevino una gran calma. Entonces
les dijo: "¿Por qué están atemorizados? ¿Cómo no tienen fe?" Y
se llenaron de gran temor, y se decían unos a otros: “¿Quién es este, que aun
el viento y el mar le obedecen?”.
Los discípulos
del Señor estaban enfrentado un gran obstáculo. Debían superar aquella tormenta
camino a la región de Gadara, en Gadara sucedería uno de los grandes milagros
en el ministerio del Señor Jesús, sin embargo vemos que las tinieblas procuran detener
o impedir la obra de Jesús mediante aquella tormenta.
Mediante
este suceso, podemos concluir que detrás de los obstáculos hay grandes
victorias y conquistas. Cuando el enemigo se levanta contra ti, es porque lo
que estás haciendo es importante y significativo para el reino de Dios.
La palabra
de Dios finalmente, nos dice que ellos, según Marcos 5:1 “Llegaron al otro lado
del mar, a la tierra de los Gadarenos”. Entonces, al final lograron hacer la
voluntad de Dios.
Esto
nos recuerda y enseña que seguir al Señor Jesús y vivir para él, implica la
toma de decisiones firmes, y vemos que cuando lo hacemos los mejores y más
grandes resultados llegan a nuestra vida.
Los discípulos
al final lograron llegar al otro lado y la Biblia nos dice que el “endemoniado”
que estaba allí, fue liberado y restaurado por el poder del Señor Jesucristo. Por
eso, fortalécete en Cristo y sigue adelante, él ha preparado para ti grandes
cosas, milagros y victorias.
La palabra
de Dios nos enseña que nuestro Señor Jesucristo vino a deshacer las obras del
diablo, él es quien da libertad a los cautivos. También nos dice la Biblia que entregó
autoridad a su Iglesia y podemos caminar en su poder, y por la unción del
Espíritu de Dios sanar a quien está enfermo y en su Nombre echar fuera los demonios.
Todo
esto es posible por la obra perfecta del Señor Jesús en la cruz del calvario. Muchas
gracias Señor por lo que has hecho y sigues haciendo. Con el poder de Dios
podemos proseguir a la meta y alcanzar lo que Dios ha puesto por delante, como
nos lo enseña el apóstol Pablo en Filipenses 3:13-14.
Escrito
por Pastor Gonzalo Sanabria para “Prosigo a la meta”. Explicación Filipenses 3:13-14.
Reflexión: Todo
es posible para Dios.
La
palabra de Dios nos enseña que Abraham y Sara no tenían hijo, pero ellos tenían
una promesa del Señor. Pasaron varias décadas y aquel hijo no llegaba, pero
finalmente y en contra de toda posibilidad en la tierra, nuestro poderoso Dios,
fiel y todopoderoso cumplió su palabra.
El Señor
se manifestó con poder obrando un milagro en la vida de Sara y entonces nació
Isaac, por encima de todos los obstáculos y dificultades, como era la avanzada
edad de Sara y la esterilidad de su matriz. También Abraham contaba con noventa
años de edad.
Debemos
recordar aquí, que cuando Dios les hizo está promesa acerca de su hijo, Sara no
creyó al comienzo, fue en aquel momento cuando Dios le pregunto: “¿Hay para Dios alguna cosa difícil?”.
Creo, que Sara experimento vergüenza ante aquella pregunta.
Claramente,
la palabra del Señor nos enseña que para nuestro Dios todo es posible, nada es
difícil para él, más bien lo que requiere es que sus hijos le crean, confíen y
perseveren en su palabra, pues al final será como él ha dicho. El Señor no deja
que ninguna de sus promesas se quede sin cumplimiento.
La Escritura
nos dice en el Libro de Job 8:5-7 “Si tú de mañana buscares a Dios, y
suplicares al Todopoderoso; Si fueres limpio y recto, ciertamente
luego se despertará por ti, y hará próspera la morada de tu justicia. Aunque tu
principio haya sido pequeño, tu postrer estado será mucho más grande”.
Por lo
general, cuando el ser humano tiene que enfrentar dificultades, pruebas o circunstancias
adversas, puede experimentar el desánimo y la frustración.
Podemos,
por ejemplo, considerar a los discípulos del Señor Jesús, quienes ante su
muerte estaban tristes y desanimados, y vemos que fueron las mujeres quienes se
dirigieron al sepulcro a buscar al Maestro, no fueron los discípulos quienes lo
hicieron.
Debemos
también tener en cuenta, que los discípulos de Jesús debían además enfrentar a
los enemigos del Maestro, es decir al Imperio de Roma, los celosos líderes religiosos,
los judíos que no creían en Jesús como el Mesías, entre otros más. Sin embargo,
sólo tres días después de morir, nuestro Señor Jesucristo se levantó de los
muertos, alcanzando la más grande victoria para la humanidad.
Al contemplar,
la obra del Señor y su amor por nosotros, podemos estar seguros que para Dios
todo es posible. En medio de las más grandes adversidades, ante diversos
obstáculos, ante gigantes enemigos, recuerda “no hay nada difícil para Dios”,
él es Todopoderoso y fiel, nunca te dejará ni te desamparará. Sigue a la meta, Dios te fortalecerá.
Escrito
por Pastor Gonzalo Sanabria.
SUSCRÍBETE GRATIS y recibe los devocionales en tu e-mail, HAZ CLICK AQUÍ
Síguenos en redes sociales:
http://www.facebook.com/GonzaloyAndreaSanabria,
https://twitter.com/GonzaloAnzola y
https://plus.google.com/104340810973099597133/posts
Filipenses 3 : 13-14. "Prosigo a la meta, me extiendo a lo que está adelante, olvidando lo que queda atrás y persevero al premio en Cristo Jesús". Versículo Reina Valera.
Reflexión: Dios puede transformar
nuestro caos en una poderosa bendición.
La palabra de Dios nos enseña en el Libro de Éxodo 15:23-25 “Llegaron a
Mara, y no pudieron beber las aguas de Mara, porque eran aguas amargas...
Entonces el pueblo murmuró contra Moisés, y Moisés clamó a Jehová, y Jehová le mostró un árbol; y lo echó en las
aguas, y aquellas aguas se endulzaron… y allí fueron probados”.
La Escritura nos enseña que en el tiempo en el que Dios sacó al pueblo
de Israel de Egipto, sabe muy bien a donde y por donde los va a conducir. La presencia
del Señor se hacía evidente de día (en una nube) y de noche (mediante la columna
de fuego).
Sin embargo, al pueblo de Israel le costó mucho comprender esto; y por
eso, una y otra vez murmuró contra el diseño y la voluntad de Dios.
En el momento en el que el pueblo de Israel llegó a Mara (nombre que
quiere decir: amargo), llegó a un tiempo y lugar donde su fe sería puesta a
prueba. Después de caminar durante tres días sin agua (Éxodo 15:22), llegan a
éstas aguas y son amargas.
Podemos recurrir a nuestra imaginación, y sin duda, ellos corrieron a
saciar su sed con aquellas aguas; pero de pronto y de repente, alguien grita:
“No, son aguas amargas, son aguas malas”, la decepción de su corazón y la frustración
fueron enormes.
Debemos entonces preguntarnos ¿Cómo reaccionamos, cuando caminando en
la voluntad de Dios, los resultados son de sabor amargo? La Palabra del Señor nos
dice que “Israel murmuró contra…”, y esto es lo que con frecuencia hacemos,
culpar a otros, incluso a Dios mismo, o quizá nos enojamos, renunciamos,
murmuramos, entre otras cosas.
Al ver este pasaje bíblico, más bien debemos seguir el ejemplo de
Moisés, quien “clamó a Jehová”, él sabía que era el Señor mismo quien los había
llevado allí, él sabía que era el escenario divino para ser enseñados por el
Maestro. En este difícil lugar iban a recibir una poderosa lección de vida.
La palabra del Señor nos sigue diciendo que en respuesta al clamor de Moisés,
Dios muestra la solución: Lanzar un árbol a las aguas, y “las aguas se
endulzaron”. Cuando nosotros dependemos de Dios (y la oración es una evidencia
de esa dependencia de Dios); el Señor nos revela las estrategias, nos da la sabiduría
y la fuerza para superar los obstáculos y dificultades propias del camino.
La Biblia nos dice textualmente: “Allí los probó”. Entonces, nuestra fe
y confianza en Dios serán probadas, y en aquel mismo escenario recibiremos del
Señor grandes revelaciones de su poder, de su grandeza, y además aprendemos que
Dios puede cambiar los sabores de nuestra vida, él hace que lo amargo se haga
dulce. Él puede transformar nuestra adversidad en una poderos a victoria.
Es muy importante, asimilar la voluntad de Dios, con su fuerza y gozo,
aún el desierto es bonito, y la tierra más árida se convierte en un jardín.
Nuestro Dios es todopoderoso, él espera de nosotros confianza en su
poder y en sus promesas. Aunque el camino sea difícil, adverso, aunque los
vientos sean contrarios, cree en Dios, confía en Su bondad, rinde tu adoración
a él, pues en el desierto o en la tierra de la abundancia, él es el mismo. Todo
es posible para Dios. - Prosigo a la meta - Sermón - prédica -